3/12/13

Cocinando las cucharas negras



No dependo de nada ni de nadie.

Cuando desnudo tu plástico de belleza y se me retuerce
el estomago al oler lo de dentro.

Aprieta los dientes, hacia abajo me miro en el espejo
y es un trago de amargura.

Abro los ojos cuando todos duermen, dispara a la cabeza 
y mi corazón galopa otra vez como animal salvaje.

Que finas las lineas de tu sombra, mitigación.
Y los bolsillos llenos de circulares formas.

A la vida cogida por el cuello, fuerte el puño,
rompiendo las reglas, rompiendo los cuerpos,
los gestos, lo cordial.

En el número 72 de la calle Jesús, donde no acaban las 
noches, entre voces, otra vez paró la patrulla.

Cocinando las cucharas negras.


No hay comentarios:

Publicar un comentario